lunes, 23 de marzo de 2015







DESGRACIA

Perdona, pero tú no sabes.
¿Sabes lo que es estar solo, solo,
volver a casa a las dos de la mañana,
mojar un par mohoso, triste y duro,
roerlo solo,
y sentado en una orilla del mundo
ver a los astros que rutilan
y no saber qué preguntar ni qué decir,
y confundir las hambres, y roer solo tú allá ...
un pan mohoso, triste y duro?

Perdona, yo anduve un día, mucho tiempo,
calles y calles junto a puertas y paredes,
nadie dijo mi nombre;
sólo tú una vez, y qué locura,
para tu frente de violetas
tuve una risa de dos dientes.


Líber Falco

Pintura: Summer, del pintor ruso A. Drozdov





Estela

No pongáis en mi estela funeraria
mi nombre ni las fechas de mi vida,
ni la piadosa frase dirigida
a salvar mi memoria literaria.
Que en la palabra ajena no se agrave
la confusión creada por la mía,
que el mundo incierto que en mi voz vivía
el tiempo borre y el silencio lave.
Si hay un Dios que me quiere como espero,
yo que por no saber tanto he mentido
quiero aguardar mi eternidad dormido 
bajo un mármol por mudo verdadero.


Conrado Nalé Roxlo





martes, 10 de marzo de 2015









PARA VIVIR


Porque se está solo ahí,
porque en la locura y la muerte
se está solo,
porque hay un ojo fijo,
incambiado, que acecha sin sentido,
yo quiero ahora abrazaros,
y siquiera no más,
hablar de cómo cambia el cielo.





Líber Falco  (Montevideo, 1906 - 1955)













LO QUE FUE

Vienes por un camino
que mi memoria sabe,
y me detengo entonces
indagándote el rostro.

Mas ¡ah!, ya no es posible
siquiera, no es posible
detenerte un instante.

Todo está muerto, y muerto
el tiempo en que ha vivido.
Yo mismo temo, a veces,
que nada haya existido;
que mi memoria mienta,
que cada vez y siempre
 –puesto que yo he cambiado–
cambie, lo que he perdido.


 Líber Falco (Montevideo, 1906 - 1955)





Me besaba mucho
Me besaba mucho, como si temiera
irse muy temprano... Su cariño era
inquieto, nervioso. Yo no comprendía
tan febril premura. Mi intención grosera
nunca vio muy lejos 


¡Ella presentía!
Ella presentía que era corto el plazo,
que la vela herida por el latigazo
del viento, aguardaba ya..., y en su ansiedad
quería dejarme su alma en cada abrazo,
poner en sus besos una eternidad.




Amado Nervo (México 1870 - Montevideo 1919)

sábado, 7 de marzo de 2015




El amor realizado

El amor realizado es un sorbo de muerte
Que nos pasa los labios, que se filta en las venas.
El alma que nos cambia es más ancha y vacía:
Más triste y más sedienta, la boca que nos deja.
Dentro del corazón alárgase una sombra.
Cada vez que los labios su antiguo vaso llenan.
El amor realizado aguza en nuestros ojos
Del imposible anhelo la trémula saeta,
Y el paso que prolonga, en cruel hechizo mágico,
Ante la planta laxa la cansadora meta.
Amor: perfecto guía para ir al encuentro
Del dolor apostado al fin de cada senda.



Josefina Pla

Pintura: detalle de El Beso, de Gustav Klimt






viernes, 6 de marzo de 2015





La fe

En medio del abismo de la duda
Lleno de oscuridad, de sombra vana
Hay una estrella que reflejos mana
Sublime, sí, más silenciosa, muda.
Ella, con su fulgor divino, escuda,
Alienta y guía a la conciencia humana,
Cuando el genio del mal con furia insana
Golpéala feroz, con mano ruda.
¿Esa estrella brotó del germen puro
De la humana creación? ¿Bajó del cielo
A iluminar el porvenir oscuro?
¿A servir al que llora de consuelo?
No sé, mas eso que a nuestra alma inflama
Ya sabéis, ya sabéis, la fe se llama.



Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Dario nació el 18 de enero de 1867 en Metapa, hoy Ciudad Darío. Fue poeta, periodista y diplomático nicaraguense, máximo representante del modernismo literario en la lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Llamado "príncipe de las letras castellanas".  Fallece el 6 de febrero de 1916.


 




El árbol de la ciencia

Yo vivía en el vago
país de la leyenda,
entre dorados héroes
y diáfanas doncellas.
De una verdad celeste
mi alma estaba llena,
como un prado de aromas
cuando es la primavera.
Pero una mala noche
traspuse las fronteras,
buscando las oscuras
verdades de la tierra.
Al ángel de la guarda
que me siguió en la senda,
lo ahuyenté con mis dudas
como a un perro con piedras.
Las ramas sin aromas
del árbol de la ciencia
hoy en mi frente triste
ponen su sombra negra.
Y fatigo mis manos

Partiendo nueces huecas.



Conrado Nalé Roxlo. Escritor argentino nacido Buenos Aires en 1898, falleció en 1971. Fue poeta, humorista y dramaturgo. Como humorista usó el seudónimo de Chamico.

Pintura:  Klimt, El Arbol de la Vida





Cuando llegues a amar

Cuando llegues a amar, si no has amado,
Sabrás que en este mundo
Es el dolor más grande y más profundo
Ser a un tiempo feliz y desgraciado.
Corolario: el amor es un abismo
De luz y sombra, poesía y prosa,
Y en donde se hace la más cara cosa
Que es reír y llorar a un tiempo mismo,
Lo peor, lo más terrible,
Es que vivir sin él es imposible.






Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Dario nació el 18 de enero de 1867 en Metapa, hoy Ciudad Darío. Fue poeta, periodista y diplomático nicaraguense, máximo representante del modernismo literario en la lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Llamado "príncipe de las letras castellanas".  Fallece el 6 de febrero de 1916.




Te recuerdo como eras en el último otoño



Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brazas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.



Del libro: Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Pablo Neruda (Chile 1904 - 1973)