Temple
Estoy templado para la muerte,
templado para la eternidad,
y soy sereno porque soy fuerte:
la fuerza infunde serenidad.
¿En qué radica mi fuerza?
En una indiferente resignación
ante los vuelcos de la fortuna
y los embates de la aflicción.
En el tranquilo convencimiento
de que la vida tan sólo es
vano fantasma que mueve el viento,
entre un gran "antes" y un gran "después".
***
REPARACION
¡En esta vida no la supe amar!
Dame otra vida para reparar,
¡Oh Dios!, mis omisiones,
Para amarla con tantos corazones
Como tuve en mis cuerpos anteriores;
Para colmar de flores,
Para colmar de flores,
De risas y de gloria sus instantes;
Para cuajar su pecho de diamantes
Y en la red de sus labios dejar presos
Para cuajar su pecho de diamantes
Y en la red de sus labios dejar presos
Los enjambres de besos
Que no le di en las horas ya perdidas...
Que no le di en las horas ya perdidas...
Si es cierto que vivimos muchas vidas
(Conforme a la creencia
Teosófica), Señor, otra existencia
De limosna te pido
Para quererla más que la he querido,
(Conforme a la creencia
Teosófica), Señor, otra existencia
De limosna te pido
Para quererla más que la he querido,
Para que en ella nuestras almas sean
Tan una, que las gentes que nos vean
En éxtasis perenne ir hacia Dios
Digan: "¡Como se quieren esos dos!"
Tan una, que las gentes que nos vean
En éxtasis perenne ir hacia Dios
Digan: "¡Como se quieren esos dos!"
A la vez que nosotros murmuramos
Con un instinto lúcido y profundo
(Mientras que nos besamos
Como locos): "¡Quizá ya nos amamos
Con este mismo amor en otro mundo!"
Con un instinto lúcido y profundo
(Mientras que nos besamos
Como locos): "¡Quizá ya nos amamos
Con este mismo amor en otro mundo!"
***
***
Si tú me dices ven
Si tú me dices «¡ven!», lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo
que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices «¡ven!», todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!
***
En Paz
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
***
Amado Nervo (México 1870 - Montevideo 1919)

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